Fotografía: pathmonproducciones.blogspot.com
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La iluminación de la escena debe ser considerada bajo dos aspectos: el técnico y el aspecto artístico.
Por lo general el director indicará a los encargados de las diferentes áreas los efectos que necesita conseguir. El director junto con los técnicos irán adquiriendo conocimientos y descubriendo nuevas posibilidades a medida que se adentran en el lenguaje del guión.
La constante mejora de los equipos de iluminación ponen en evidencia algunos defectos y riesgos de los decorados, lo que provocó la reforma de la escenografía así sugirió la idea de crear ambientes muy simples con la luz como base.
La posibilidad que tenemos ahora de producir distintas variaciones de colores e intensidad o degradés de tonalidades llevo consigo una evolución en este ámbito desde la idea primitiva de imitar a la naturaleza a posteriores propuestas en las que se reflejan nuevas tendencias teatrales lejos de la realidad, elevando al espectador a un mundo magico y surreal que busca sumergirlo en el.
El control de la luz, o mas bien dicho el poder de la iluminación permitirá la modulación plástica de la narrativa de la obra en si y el aislamiento de un actor o de un objeto, y por otro lado la posibilidad de crear de distintos ambientes o espacios dramáticos en el escenario, con transformaciones rápidas y fáciles gracias a ella podemos crear sin limite infinitos matices y recursos que favorecen a embellecer el espectáculo.
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